Cuando salí de la ducha me puse la ropa que tenía preparada y me sequé el pelo. Después, me lo alisé y me maquillé, con base y poniéndome muchísimo rimel en mis pestañas largas.
Cogí mis cinco maletas de mi habitación y bajé abajo. Ahí me esperaba mi madre, ya lista para irnos.
Me ayudó a llevarlas y las metimos en el coche.
Hoy era el maldito día, en que mi instituto, decidió hacer un campus. Sí, el campus era bonito y enorme. Pero, sigue siendo un "internado". Solo podíamos salir los fines de semana, ya que el resto de la semana nos quedábamos haciendo el subnormal. Había tres edificios dentro de ese gran recinto. Eran muy grandes, lo habíamos visto por fotos. Un edificio era para las chicas, y otro para los chicos. El que quedaba era para las clases. También había un patio para el recreo. Un comedor, los respectivos baños. Al final una pista de fútbol y otra de baloncesto. También había una piscina cerrada, exclusivamente para natación.
No había llegado ahí, y ya lo odiaba. El uniforme era decente. ¡Menos mal! Además, me lo había provado, y a mi me quedaba sexy. Bueno ... Yo soy sexy.
Llegamos y había cientos de niños y niñas. Busqué a alguna de mis mejores amiga por ahí, y vi solo a Ana.
- ¡Ana! -Grité mientras me tiraba encima de ella.
- Me cago en ti, joder -Se puso la mano en el pecho mientras se estabilizaba.
- ¿En qué habitación estás? -Le pregunté mientras sacaba mi papel del bolsillo.
- En la -Miró su papel- habitación 230.
- ¿QUÉ? -Grité- ¡Yo también! -Empezamos a chillar como tontas.
- La habitación nuestra, es la última, que fuerte -Se dio cuenta.
- Sí.
Escuchamos unos pasos corriendo hacia nosotras y nos giramos.
Ariana y Mina estaban ya encima nuestra antes de que pudiéramos parpadear.
- Tontacas, ¿En que habitación estáis? Yo estoy con Ash -Habló Ana.
- Eh, espera que saque el papel -De la mochila buscó su papel.
- Yo estoy en la habitación.. -Miró- 79.
- Dios, no. Nosotras estamos en la 230 -Aquello me había cagado el día. Las habitaciones eran de cuatro, y nosotras éramos cuatro.
- Yo también estoy en la 79 -Habló Mina cuando ya encontró su papel.
- Bien, esto es una conspiración contra nosotras -Dije señalándonos.
- Joder -Suspiró Ariana- Bueno, vayámonos a nuestras habitaciones.
Entramos en el edificio de las chicas. El edificio era de cinco plantas, pero aún así, no había ascensor. Bueno, sí había, pero tenías que tener una llave, y eso solo lo tienen los maestros y conserjes. Y yo estaba en la última planta.
Me despedí de Mina y Ariana en la tercera planta y seguimos subiendo. Con nuestras nueve maletas. Cinco mías, y cuatro de ella.
Fuimos al último pasillo y en lo último, estaba nuestra habitación.
Tiré las maletas por el suelo y me senté en una de ellas.
- ¿Vamos a compartir la habitación o va a venir alguien más? -Pregunté- Esque aquí hay cuatr..
Alguien entró en nuestra habitación. Era un hombre.
- Hola preciosas, me vengo a llevar estas dos camas que sobran -Vino otro muchacho y le ayudar a levantar la cama sin colchón.
- Vale ¿Solo estamos nosotras aquí?
- Sí, por ahora sí -Nos sonrió y siguió a lo suyo.
La habitación era preciosa, al frente había un gran ventanal, y en el hueco que sobraba de la ventana, había como una especie de colchón, por si te querías sentar ahí mientras observabas el edificio de los chicos. Buenas vistas, pensé.
Las paredes eran color rosa claro. Había un armario color madera beige entrando por la puerta principal de la habitación, a la izquierda. Ese iba a ser el armario de Ana. A la derecha estaba el mío, que era igual que el de Ana. Mi cama estaba unos metros enfrente del armario y la de Ana, en la otra pared.
Había una especie de escaleras negras que subían al piso de arriba, que daba al baño.
- Pues, no está mal, la habitación -Dije poniendo la última prenda de mi última maleta en el armario.
- A mi me gusta, es bonita. Además, mira que vistas -Señaló a la ventana y me acerqué.
Vi a algunos de los chicos, no se les veía con claridad, puesto que estábamos muy lejos y de un quinto piso.
- Es lo mejor -Sonreí- Lo malo, es que si nos ven en el edificio nos crujen.
Sí, ninguna chica podría entrar al edificio de los chicos, así como ningún chico podría entrar al de las chicas. Pero más de uno y de una se colará en distinto edificio. Tendremos que cambiar esa regla.
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Eran las diez de la noche, y había terminado de haberme dado una ducha. Me puse el pijama y bajé a la habitación. Mientras bajaba por las escaleras vi a Ana demasiado centrada en la ventana.
- ¿Que es?
- No sé, creo que es una pelea -Respondió sin mirarme.
Me acerqué a la ventana y la abrió, entró un frío de cojones. Había un coro formado, pero no se veía nada más.
Cerré la ventana y mis brazos estaban helados.
- Joder, que frío -Me tiré a la cama- Buenas noches.
- Buenas noches -Apagó la luz.
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